Edición: Editorial Planeta, 2014
Páginas: 894
ISBN: 978-84-08-12705-5
El año pasado leí mucho sobre este libro, fueron varias las reseñas que lo ensalzaban y en muchos blogs fue considerado uno de los 3 mejores libros editados el año pasado. Con estos antecedentes, sólo tuve que esperar a que estuviera disponible para el préstamo interbibliotecario para poder leerlo.
Sobre la autora:
Paloma Sánchez-Garnica (Madrid, 1962) es licencidad en Derecho e Historia. Autora de El gran arcano (2006) y La brisa de Oriente (2009), su novela El alma de las piedras (2010) tuvo un gran éxito entre los lectores y se publicaron cinco ediciones. Las tres heridas (2012) supuso su consagración entre la crítica y los lectores como una escritora de gran personalidad literaria.
Sobre la novela:
Marta Ribas tenía un futuro prometedor cuando conoció a Antonio, pero una lealtad mal entendida trastocará sus vidas. Cuando Antonio cae enfermo, Marta se ve obligada a ponerse a trabajar, exponiéndose a las murmuraciones del vecindario y a la indignación del esposo, humillado en su hombría. Pero a Marta se le presenta una inesperada oportunidad que le permitirá salvar su propia supervivencia y la de su hija, y encontrar, por fin, su lugar en el mundo.
La sonata del silencio es una novela de pasión, celos y sueños anhelados. Es la historia de una España de posguerra, de castañeras y carboneros, de cócteles en Chicote y de medias de nailon de estraperlo. Es un edificio cualquiera donde la riqueza y la pobreza, el tirunfo y el fracaso solo están separados por un tabique.
Mi lectura:
En primer lugar destacar el comentario de una de las bibliotecarias cuando recogí el libro “mejor apóyalo sobre una mesa o acabarás con los brazos muertos”. Y es que sí, es un libro extenso y pesado (de peso, no de lectura), que hay que leer con el libro bien apoyado, nada de tumbarse panza arriba con él en las manos. Anécdotas a parte, os contaré qué me ha parecido, ya que de reseñas mejores encontraréis en cualquier blog literario.
A través de Marta Ribas nos adentramos en el Madrid de la posguerra, donde vencedores y vencidos conviven entre lujos y miserias. Hija de diplomáticos, con una formación exquisita y poco común entre las mujeres de su época (recordemos que estamos en los años 40), se casa con Antonio, dueño de una tienda de antigüedades. Un hecho inesperado, fruto de la lealtad de Antonio con Rafael, amigo de la infancia, les llevará a perder todo lo que tenían ante sí y verse recluidos a vivir en el zaguán de la misma finca donde una vez fueron dueños del principal. Con una hija en edad de merecer y una enfermedad que amenaza con llevarse a Antonio por delante, Marta deberá tomar las riendas y ponerse a trabajar, pese a la prohibició expresa de su marido.
En esta novela nos encontramos con el mundo del estraperlo, donde productos hoy imprescindibles se convierten en lujos que pocos pueden obtener, y siempre con el peligro constante de ser detenido, estafado o robado. Nos asomamos también a la vida de cada una de las familias que viven en la finca, que con sus virtudes y defectos, no dudan en criminalizar la actitud de Marta, yéndose a trabajar cuando su marido yace enfermo de muerte. Y cuando ese trabajo la hace renacer de sus miserias, las murmuraciones y cuchicheos se extienden como la pólvora.
Chocamos también con la realidad de las mujeres de la época, esclavas y propiedad del marido, que puede hacer y deshacer en su nombre, y que si intentant salirse del redil, serán acusadas y señaladas por unos y otras.
Aparece también el poder de la Iglesia, que mueve los hilos de la existencia de los demás a su antojo, destrozando futuros aún en busca de su salvación y con una buena intención dudosa.
De todos los personajes, bien definidos todos, quien más me sirvió para situar la época es Elena, la hija de Marta y Antonio. De una edad parecida a la que debía tener mi abuela materna en esa época, ha sido ella la que me ha permitido unir recuerdos familiares con la historia. Lástima no tenerla ya conmigo para poder conocer su opinión sobre la situación de las mujeres hoy en día, y qué habría hecho ella de tener la misma libertad que tenemos ahora.
Mi valoración:
La novela me ha gustado, he sufrido con Marta y me habría gustado poder traérmela a los días de hoy para que pudiera vivir la vida que se merece. Admiro su entereza ante las situaciones que le toca vivir, la dignidad que se lleva dentro, muy adentro, independientemente de lo que murmuren los demás.
Lo que no me ha gustado, y no sé si es una característica de esta autora o no, es el uso del lenguaje que hace. Pocas veces me ha tocado mirar tanto el diccionario para encontrar el significado de vocablos de los que conoczco su sinónimo y desconozco el motivo de usar uno (en desuso) u otro (más conocido), significando lo mismo los dos y sin matices añadidos por usar uno u otro. ¿Será que así se llamaban las cosas en esa época? Por si acaso, esperaré un tiempo prudencial antes de enfrentarme a otra novela de Paloma, hasta que se me quiten los prejuicios que han nacido con esta.